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Sobre "1509 Operación Victoria" (2011): una nueva visión de como se capturó a Abimael Guzmán

Publicado: 2011-12-01

http://www.youtube.com/watch?v=ADSxgr84w20

Sobre el documental de Judith Vélez sobre la génesis, el cénit y el ocaso del GEIN.

Debo confesar que tuve serias reticencias para ver este documental.

En general estoy harto de la captura de Abimael Guzmán como tema. Saturado del uso y abuso político que Fujimori y Montesinos hicieron de este hecho fundamental en la historia de nuestro país. Cansado de las ficciones televisivas que, como “La Captura del Siglo”, de Cusi Barrios, decían dramatizar las actividades del GEIN, el grupo de inteligencia policial creado por Benedicto Jiménez para atrapar al líder máximo senderista, pero en realidad nos endilgaban arquetipos heroicos unidimensionales de sus miembros, caricaturizaban al enemigo hasta deshumanizarlo y de paso hacían propaganda política subliminal a favor de la dictadura. De la impunidad con que alguna ficción desorientada como The Dancer Upstairs, del novelista inglés Nicholas Shakespeare, recreó la cacería del cabecilla terrorista hasta volverla irreconocible (lo que no impidió que John Malkovich la adaptara al cine en su debut como director, con Javier Bardem como el equivalente ficcional del general Ketín Vidal).

Gracias a 1509 Operación Victoria (2011), documental de la peruana Judith Vélez, podemos por fin ver con ojos nuevos la génesis, el cénit y el ocaso del GEIN. Y separar la paja del trigo en esta historia.

Vélez es una cineasta de larga trayectoria y de un raro talante prolífico en nuestro medio. Además de los mil y un programas que ha escrito, dirigido y/o producido para la televisión y el cine, estrenó La prueba, su primer largometraje de ficción, en 2006. Desde entonces se ha volcado más bien al género documental. En el 2007 realizó Seis con Ocho, que cuenta la historia de seis mujeres “burriers” en prisión, y en el 2009 ¡Libérenlos ya!, que muestra el drama de los familiares de los secuestrados por la FARC, la guerra más longeva del continente.

Inspirado en el artículo “The Sleuth that Saved a Nation” de Gustavo Gorriti, 1509 Operación victoria alterna con destreza el testimonio de los agentes de inteligencia del GEIN que participaron en la operación, el análisis de periodistas expertos en el tema, el material videográfico de primera mano obtenido en los seguimientos a cada uno de los líderes senderistas, así como sobrias dosis de recreación de los hechos. El resultado es una eficaz cápsula del tiempo que nos devuelve a aquellas épocas funestas y nos permite reconstruir las idas y venidas de este legendario grupo, compartir las extraordinarias limitaciones de recursos –el presupuesto mensual del GEIN era, en sus inicios, de 1,500 dólares por mes-, el escarnio de los pares por los pocos resultados visibles, la presión irresponsable de los de arriba, los escasos entusiasmos y cuantiosos desánimos, avatares de la tarea solitaria, absurda y risible de capturar al terrorista más buscado de la nación.

De alguna manera ya estamos familiarizados con los rostros de Benedicto Jiménez y Marcos Miyashiro, pero 1509 Operación Victoria incluye también los testimonios a faz descubierta de los otrora anónimos agentes de inteligencia que también tomaron parte en el rastreo y captura de Abimael. Y, y esto hay que decirlo, no puede dejar de sorprendernos la inusitada y refrescante combinación de competencia y vocación por el perfil bajo que translucen estos policías peruanos de a pie, vestidos de paisano, completamente despojados de la hybris de los personajes de ficción que atosigan nuestras pantallas y el género policial en general.

El tratamiento de las recreaciones, contenido pero efectivo, evoca el de las de Standard Operating Procedure, excelente documental de Errol Morris, en que el afamado documentalista analiza cada una de las famosas fotos de los interrogatorios en la prisión de Abu Ghraib que emergieron a la luz pública y al escándalo consecuente y, con buen pulso y escalofriante sangre fría, discierne qué se ajusta al protocolo de tratamiento de prisioneros de la Convención de Ginebra y qué no.

Además de mostrarnos con una nueva perspectiva aquello que ya sabíamos, 1509 Operación Victoria nos proporciona información nueva, o por lo menos no tan conocida. Nos enteramos de que, apenas el GEIN empezó a obtener sus primeros resultados, Montesinos pretendió disolverlo y adscribir sus funciones al SIN para controlar a su conveniencia los avances o retrocesos en la cacería de Abimael y adjudicarse sus eventuales logros. De que lo único que salvó al GEIN de esta nefasta interferencia fueron los vínculos de Jiménez con la CIA, que ya había empezado a darle apoyo logístico, y con quien Montesinos no quería enemistarse. Llegamos a saber que Antonio Ketín Vidal, jefe de la Dirección Contra el Terrorismo (DIRCOTE), bajo cuya dirección nominal estaba el GEIN -y quien, en la conciencia de los peruanos, todavía aparece como el gestor principal de esta captura-, en realidad era un informante de Montesinos infiltrado en el grupo, cuyas actividades intentó boicotear sistemáticamente. Que este siniestro personaje ignoraba a tal punto las actividades del GEIN que no sabía que la habitación en que se grabaron sus conversaciones con Abimael y los parientes de la terrorista Maritza Garrido Lecca estaba repleta de micrófonos de alta sensibilidad, que grabaron sus recomendaciones para salir bien parados de los interrogatorios o sugerencias de estrategia legal, impropias de un defensor del Estado, y que escuchamos con nuestros propios oídos.

Y es quizás aquí donde podría señalar el único reparo que tengo, y que no desdice en nada lo que ya he señalado. Soy consciente de las estrechas limitaciones del formato de 1509 Operación Victoria, que se propuso calzar en una hora todo lo que tenía que decir, pero creo que no se le asigna tiempo suficiente al ocaso del GEIN, que en mi opinión también es parte muy importante de esta historia. Si bien se atisba la reacción del gobierno de Fujimori, que disgregó el grupo y que en lugar de premiar a sus integrantes tomó represalia contra ellos por no haberlo tenido al tanto de sus avances, hubiera deseado saber más acerca del destino de cada uno de sus integrantes, así como de la manipulación exitosa que hizo el gobierno de esta captura para lograr convertirla en suya (recordemos que no dudó en enarbolarla como caballito de batalla en la primera reelección de Fujimori en 1995). Aunque aquí, lo reconozco, quizá esté tirando agua para mi molino.

Otra posible desavenencia no tiene que ver con la película en sí, sino con la manera en que esta se marquetea: ni el título ni el avance enfatizan el aspecto novedoso de la visión que se ofrece sobre la captura de Abimael y más bien redundan en lo que ya se sabe sobre este evento, dando la impresión de 1509 Operación Victoria ofrece más de lo mismo, de que oculta su propio valor.

1509 Operación Victoria ha sido vendido a Discovery Channel, que tiene programada su presentación en el 2012. Pero debería ser vista en nuestros cines y nuestra televisión.


Escrito por

Rafael Dumett

Dramaturgo y escritor peruano.


Publicado en

Espía inca

Un blog de Rafael Dumett